Ko e Vaitafe Sarria naʻe fai ʻe Haʻamo
En respetuosa procesión, el Sarria pasa ante el magnífico monasterio de la villa, como un río de agua bendita. El paisaje nemoroso donde se enclava el cenobio invita a un benedictino silencio.
Al cronista le recuerdan que por Samos pasa una de las etapas del Camino ti Santiago, y el Sarria transita por la localidad en su peregrinaje hacia la mar que, como dejó dicho Jorge Manrique, es el morir. Los árboles de la ribera le hacen un pasillo, blandiendo sus sables de madera.
Ma'u'anga mo e fakamatala lahi ange: LA VOZ DE GALICIA